somos los PRÓXIMOS
Ya es oficial... somos los próximos.
Ayer se dió la salida hacia el MIR 2008. Ayer fue ese día en el que el reloj se puso en marcha y comenzó la cuenta atrás. El primer día de aproximadamente 360 larguísimos pero a la vez finitos días. Porque aunque aparentemente ayer fue un dia más, inconscientemente tenía marcada esa fecha en el calendario.
Porque ayer fue el comienzo de una nueva etapa, el inicio de un final, aunque también el fin de un principio. El comienzo de un periodo de largas jornadas de estudio, café y horas sin dormir (como a lo largo de toda la carrera), en definitiva, de muchas cosas por sacrificar; y sin embargo no me importa, porque todas esas cosas arrebatadas se me presentan insignificantes en comparación con tan sólo un trozito de toda la ilusión que me lleva a iniciar esta temible andadura.
Porque sé que este es tan sólo el inicio de un final que empecé hace ya seis años. Porque yo no quise ser estudiante de medicina... yo quise ser médico. Y si bien también este momento representa el final de un principio (y aunque me cueste aceptarlo, el adios a tantas personas que sin duda han hecho que estos duros años hallan merecido la pena a pesar de todo), se me presenta sobre todo como el inicio de una larga historia por escribir. Y voy a luchar con todas mis fuerzas porque sea una buena historia, pues ya se sabe que toda buena historia tiene un final feliz.
Pero éste es sólo el principio...
Ayer se dió la salida hacia el MIR 2008. Ayer fue ese día en el que el reloj se puso en marcha y comenzó la cuenta atrás. El primer día de aproximadamente 360 larguísimos pero a la vez finitos días. Porque aunque aparentemente ayer fue un dia más, inconscientemente tenía marcada esa fecha en el calendario.
Porque ayer fue el comienzo de una nueva etapa, el inicio de un final, aunque también el fin de un principio. El comienzo de un periodo de largas jornadas de estudio, café y horas sin dormir (como a lo largo de toda la carrera), en definitiva, de muchas cosas por sacrificar; y sin embargo no me importa, porque todas esas cosas arrebatadas se me presentan insignificantes en comparación con tan sólo un trozito de toda la ilusión que me lleva a iniciar esta temible andadura.
Porque sé que este es tan sólo el inicio de un final que empecé hace ya seis años. Porque yo no quise ser estudiante de medicina... yo quise ser médico. Y si bien también este momento representa el final de un principio (y aunque me cueste aceptarlo, el adios a tantas personas que sin duda han hecho que estos duros años hallan merecido la pena a pesar de todo), se me presenta sobre todo como el inicio de una larga historia por escribir. Y voy a luchar con todas mis fuerzas porque sea una buena historia, pues ya se sabe que toda buena historia tiene un final feliz.
Pero éste es sólo el principio...
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