... sin aire
Esta noche venía en el tren pensando en ella.
Porque desde hace algún tiempo eso es lo único que hago, pensar en ella. Pienso en ella, y en el tiempo que ha de pasar hasta que vuelva a verla; en ese tiempo que ahora cae sobre mí como una pesada losa, una losa cuyo impacto no sé sí seré capaz de esquivar. Porque a veces el tiempo parece un infinito tedioso, un abismo oscuro que te atrapa y te traga hacia sus entrañas.
Y me siento mal, mal por esa larga espera anunciada que ya ha tomado el presente sin compasión, pero también mal conmigo mismo… y culpable. ¿Culpable?, bueno, no sé si culpable es la palabra, quizás cobarde. No sé si uno se puede culpar a sí mismo por ser como es, por su forma de ser… Es algo que me pregunto muchas veces; hasta que punto nuestra forma de pensar, nuestra personalidad, nuestra forma de sentir nos es impuesta, o hasta que punto somos capaces de moldearla.
Quizás decepcionado defina mejor como me siento. Decepcionado conmigo, un estado al que, aunque resulte duro reconocer, parece que cada vez con más frecuencia me encuentro ligado.
Decepcionado y sin aire, me falta el aire, porque creo que cada vez que respiro no lo devuelvo hacia fuera, sino que se queda dentro de mí. Y me siento muy hinchado, a punto de explotar. Y sé que a pesar de ello puedo seguir acumulando más y más aire en mi interior, pues eso me ha demostrado la experiencia en que otras veces también creí explotar. Y aquí estoy, aunque sin aire.
Duele amar a alguien y no ser correspondidos, pero lo que es más doloroso, mucho más, es amar a alguien y nunca encontrar el valor para decirle a esa persona lo que sientes. No tener el valor de acercarte a ella y decirle que ya no puedes dejar pasar un minuto más sin sacar ese aire que no te deja vivir.
Porque yo no tengo ese valor. Me acuesto y me despierto pensando en ella, sueño con ella. Pero cuando la veo me siento pequeño y cobarde. No me atrevo si quiera a mirarla, porque tengo miedo. Tengo miedo a que ella pueda atisbar en mí tan sólo un pequeño reflejo de lo que siento por ella, cuando sin embargo daría lo que fuera por liberarme de estas cadenas que me aferran a una vergüenza sin sentido, una vergüenza que me subyuga a no sincerarme con la persona que amo, a renunciar a al menos intentar ir en busca de una felicidad compartida, a ir con la cabeza baja cuando camino por la calle, porque me siento desnudo cuando alguien me mira a los ojos.
Una vergüenza que no me da tregua alguna para reunir el valor suficiente que reúno cuando me encuentro en soledad con mis pensamientos (y entonces me creo capaz al menos de intentarlo), y que sin embargo se desvanece cuando llega la realidad del momento en que la veo a ella. Quizás porque tiempo atrás hubo otras ocasiones en las que conseguí deshacerme de esas ataduras, y las heridas con las que me encontré fueron mucho más profundas que las marcas de esas correas, a las cuales volví a atarme aunque resulten crueles usurpadoras de mi libertad para expresar lo que siento.
Pero ahora creo que ha llegado el momento de cortar las ligaduras, aunque me siento tan aferrado a ellas que temo que lamentablemente todos los esfuerzos resulten en vano. No pretendo tirarme al vacío sin red; sólo intento bajar un pequeño escalón... aunque sea con paracaídas.
3 comentarios:
felicidades por tu blog!
me ha gustado mucho, especialmente este post... que profundo...
seguiré leyéndote
No sé cuál es tu verdadera forma de ser, pero dejar escapar la más mínima oportunidad de rozar aunque sea unos segundos la felicidad, me parece un verdadeo delito.
Yo he sido defraudada y decepcionada por la persona que más amaba en el mundo, y aún tras haber pasado años de dolor inconmensurablemente profundo, mil veces prefiero haber amado, a no haber experimentado esto nunca.
Aunque mientras estaba en el pozo del dolor solo quería dormir y no despertarme.
Hoy, valoro esa parte de mi pasado, y prefiero haber sentido algo tan infinito como el amor que llevé dentro durante todo alquellos años, aunque creo que no fui verdadeamente correspondida... Cosa que me pesará de por vida, por que me hace sentirme engañada.
Pero, así es la vida y los que habitamos en ella.
Perdón, el naterior comentario es mio, se me olvidó poner mis datos.
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